Cada vez que empieza el mes de Diciembre vuelve lo mismo de siempre. Lo mismo desde que tengo 7 años. Lo mismo que detesto. Lo mismo todas las noches hasta el 24.
Todas las noches empiezan a rondar en mi cabeza las mismas preguntas, las mismas sensaciones: ¿Por qué me paso a mi?, ¿Por qué no puedo disfrutar como los demás?, ¿Este año podré otra vez?... angustia todas las veces que estas preguntas rondan mi cabeza.
Esto que voy a contar es algo muy mío, que solo lo saben muy pocas personas, quiza las mas cercanas.
Todos los 24 a las 00.00hs desde que tengo 7 años me pasa lo mismo: mi corazón se acelera, comienzo a transpirar más, la transpiración se vuelve fría, me cuesta respirar, mi cuerpo tiembla. Ataque de pánico, es el nombre que le adjudican a esta clase de síntomas.
Esto también lo diagnosticó el psicólogo al que en esa época visitaba por otro motivo, pero que se veía estrechamente ligado.
A los 7 y luego a los 8 años a mí junto a mi mamá nos asaltaron. No es raro que esto pase en nuestro país, lo se. Una vez fue en la puerta del colegio de noche y otra fue en la puerta de mi casa volviendo de sacar plata de un banco.
Las dos veces a mi mamá la amenazaron para que entregara lo que ellos querían apuntándome a mi. Las dos veces tienen algo en común: la forma para que mi mamá actuara como ellos querían, apuntándome, y el medio de locomoción de los asaltantes, una moto.
Obviamente estos dos hechos me dejaron secuelas, ya que yo era era muy chica. Secuelas que me costaron muchos años y que me cuestan poder dominar: escuchar una moto y automáticamente llorar y esconderme, no querer salir de mi casa, no poder dormir sola en mi cuarto porque la cara de los tipos rondaba por mi mente, caminar y mirar miles de veces para atrás, cruzar de cuadra si veo a alguien que no me “gusta”, no poder quedarme sola en mi casa y los ataques de pánico tan particulares en época de fiestas.
Voy a tratar de explicarlo lo más claro posible: me apuntaron con el arma las dos veces pero ninguna dispararon. Yo nunca escuche el disparo de un arma en mi vida. Pero, inconcientemente lo asocio con el ruido de los fuegos artificiales, esta es la razón por la cual en las fiestas navideñas, sin motivo aparente, sufro mis ataques.
Probé muchísimas cosas: tapones, leí muchísimo sobre este tema, me encerraba en le baño, etc. Hasta que me di cuenta que todo estaba en mi mente: si yo pienso y me convenzo de que no me pueden hacer mal, con mi cabeza bajo el ritmo de los latidos de mi corazón y lentamente la transpiración se va y el cuerpo ya no me tiembla. Los años que me costo descubrir casi igualan a mi edad.
Aunque parezca una taradez, porque se que decir que tengo fobia/pánico a los fuegos artificiales lo es, todos los años cuando comienza diciembre me pregunto si podré vencer mi miedo otra vez.
Siempre que me surge el miedo me pregunto por qué me pasó a mi, por que no puedo disfrutar de las fiestas como todos los demás, por que no puedo salir a la calle o subir a la terraza a ver los fuegos, por que si ya puedo quedarme en mi casa sola, si ya me duermo sola en mi cama, si ya hasta el papá de mi mejor amiga anda en moto y lo adoro, si ya ando sola en la calle y no miro mil veces para atrás, por que esto sigue presente. Maldije muchísimas veces a esos tipos, les deseé lo peor, porque de alguna forma algo de mi vida arruinaron.
Pero cada vez que pasa Navidad que pasa Año nuevo y salgo airosa de la situación, les agradezco porque aprendí tanto con todo esto, aprendí a controlar mi cuerpo mis emociones, a entender a las personas que sufren algún otro tipo de miedo.
Así que este año, una vez más voy a salir victoriosa de la situación y voy a disfrutar, ganándole una vez más a mis miedos.